martes, 10 de junio de 2014

El Mejor Guía




Había un hombre que amaba estudiar la Biblia, cuando encontraba algo que no entendía, le preguntaba a su amigo Carlos: “¿Qué significa este versículo?” Un día, durante su estudio bíblico, el Espíritu Santo le dijo: “¿Por qué no me preguntas a Mí? Yo soy el que le enseño a Carlos.” 


Gracias por los maestros que enseñan la Palabra de Dios, pero el  mismo Dios que enseña a esos hombres y mujeres, quiere enseñarnos también. Cuando leamos la Biblia, pídamos a Dios que nos ayude a contestar las siguientes preguntas: 1) ¿Hay una lección que debo aprender?; 2) ¿Hay algún pecado que debo evitar?; 3) ¿Hay una bendición que disfrutar?; 4) ¿Hay alguna promesa que reclamar? y 5) ¿Hay algún nuevo pensamiento que debo llevar?


“Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas” (Salmos 138:2).


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