“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.” (Gálatas 2:19,20)
Nosotros podremos tratar de ser como Cristo, pero nunca podremos con
nuestras propias fuerzas. Dios conoce perfectamente que somos débiles. Es por
ello que debemos permitir que Cristo viva en nosotros. La Biblia dice: “ya no
soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”. La vida cristiana
consiste en permitir que Cristo actúe en nosotros y por medio de nosotros. Dios
envío su Espíritu Santo y mora en todo aquel que ha rendido su vida a Cristo
para cumplir la tarea que Dios nos ha encomendado. Pero, es necesario que cada
día Cristo viva en nosotros. Animémonos perseverando en la oración y en la
lectura de la Biblia.
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