Ambos movimientos se contraponen y se sustentan
en una rivalidad que lo único que producen es la desintegración familiar.
La lucha entre géneros ha formado pensamientos errados, inclusive ha llegado a
decir que el matrimonio es solamente para oprimir a las mujeres y negarle sus
sueños.
La Biblia dice que en el matrimonio cada quien
debe cumplir su rol, por eso se complementan, no compiten, es decir, que no
podemos hablar de complemento si no realizan funciones diferentes, pero no por
ser diferentes son menos importantes. Dios establece el matrimonio dentro de un
contexto de entendimiento y ayuda mutua, apoyándose y complementándose unos a
otros. Comprendo que muchas mujeres han sido maltratadas y menospreciadas por
los hombres, pero el problema no es el matrimonio, sino el corazón del hombre,
y es allí donde solo Dios puede actuar, por ello la Biblia dice: “ESPOSO AME A
SU ESPOSA COMO CRISTO AMO A LA IGLESIA.” (Efesios 5:25)
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