EL GRAN INTERCAMBIO DE VESTIDO
“Le quitaron su ropa, lo vistieron con una capa roja y le pusieron en la cabeza una corona tejida de espinas.”(Mateo 27:28,29)
AL VER ESTE CUADRO que pinta los últimos instantes en la vida de Jesús, antes de ser crucificado, no es de extrañar porque Isaías dice: “No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.” (Isaías 53:2-3)
JESUS, el santo Hijo de Dios, desvestido completamente para que tú y yo fuéramos perdonados de nuestro orgullo y egoísmo y cubiertos con su justicia. Permite que su Espíritu obre en tu vida y te desvista de tu propia justicia. Reconociendo y atesorando su perdón, podrás relacionarte con los demás en un bello y desinteresado amor. ¡Trátalo, ya verás qué atractivo lucirás!
“Le quitaron su ropa, lo vistieron con una capa roja y le pusieron en la cabeza una corona tejida de espinas.”(Mateo 27:28,29)
AL VER ESTE CUADRO que pinta los últimos instantes en la vida de Jesús, antes de ser crucificado, no es de extrañar porque Isaías dice: “No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.” (Isaías 53:2-3)
JESUS, el santo Hijo de Dios, desvestido completamente para que tú y yo fuéramos perdonados de nuestro orgullo y egoísmo y cubiertos con su justicia. Permite que su Espíritu obre en tu vida y te desvista de tu propia justicia. Reconociendo y atesorando su perdón, podrás relacionarte con los demás en un bello y desinteresado amor. ¡Trátalo, ya verás qué atractivo lucirás!
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