martes, 18 de marzo de 2014

LA ADVERSIDAD


Los momentos de adversidad nos llegan cuando menos los esperamos. JOB en un corto espacio de tiempo, paso de hombre rico, estimado y honrado, a la pobreza, la soledad y la enfermedad arriba de un montón de cenizas.

Pero es en la hora de la adversidad y el desánimo que Dios puede consolarnos. Aquél que recibe el consuelo de Dios puede decir: “Cuando soy débil, entonces es que soy fuerte”. Por la gracia y el poder de Dios podemos levantarnos de nuestras miserias.

"Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí." Salmo 3:3-6


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