LA ADVERSIDAD
Los momentos de
adversidad nos llegan cuando menos los esperamos. JOB en un corto
espacio de tiempo, paso de hombre rico, estimado y honrado, a la
pobreza, la soledad y la enfermedad arriba de un montón de cenizas.
Pero es en
la hora de la adversidad y el desánimo que Dios puede consolarnos.
Aquél que recibe el consuelo de Dios puede decir: “Cuando soy débil,
entonces es que soy fuerte”. Por la gracia y el poder de Dios podemos
levantarnos de nuestras miserias.
"Mas tú, Jehová, eres
escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi
voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Yo me acosté
y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez
millares de gente, que pusieren sitio contra mí." Salmo 3:3-6
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