EL DESANIMO, ARMA DEL DIABLO
Se cuenta una historia en la cual el diablo decidió vender todas sus herramientas de trabajo.
Allí estaban el odio, la malicia, la envidia, la violencia y muchos otros instrumentos usados para separar a las personas de Dios. Sobre la mesa, con señales de haber sido usado mucho, estaba un instrumento aparentemente inofensivo llamado “desánimo”. Le preguntaron al diablo: ¿Por qué cuesta tan caro este instrumento? Él respondió: “Bueno, porque éste es el más fácil de usar, ya que nadie se imagina que es mío. Con este instrumento, puedo destruir con más facilidad la puerta del corazón humano. El desánimo lleva a las personas a desistir en sus buenas obras y a dejar de usar el amor, la justicia, la paz y todos los otros valores del Reino de Dios”.
Esta historia ilustra una verdad poco reconocida:
CON DESANIMO no se gana ni una batalla.
EL DESANIMO es sinónimo de fracaso.
EL DESANIMO acaba con nuestro día, destruye nuestra buena voluntad y mata nuestras esperanzas y vitalidad.
No dejes que el desánimo se apodere de tu vida. Ten fe, reviva su entusiasmo en el poder de Cristo.
La Biblia enseña: “Puedo enfrentar todas las situaciones por el poder que Cristo me da”.
"Gracias a Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13
¡Que buena noticia fuimos dotados de poder para vencer el desánimo! Por la obra de Jesucristo hemos sido declarados más que vencedores.
Se cuenta una historia en la cual el diablo decidió vender todas sus herramientas de trabajo.
Allí estaban el odio, la malicia, la envidia, la violencia y muchos otros instrumentos usados para separar a las personas de Dios. Sobre la mesa, con señales de haber sido usado mucho, estaba un instrumento aparentemente inofensivo llamado “desánimo”. Le preguntaron al diablo: ¿Por qué cuesta tan caro este instrumento? Él respondió: “Bueno, porque éste es el más fácil de usar, ya que nadie se imagina que es mío. Con este instrumento, puedo destruir con más facilidad la puerta del corazón humano. El desánimo lleva a las personas a desistir en sus buenas obras y a dejar de usar el amor, la justicia, la paz y todos los otros valores del Reino de Dios”.
Esta historia ilustra una verdad poco reconocida:
CON DESANIMO no se gana ni una batalla.
EL DESANIMO es sinónimo de fracaso.
EL DESANIMO acaba con nuestro día, destruye nuestra buena voluntad y mata nuestras esperanzas y vitalidad.
No dejes que el desánimo se apodere de tu vida. Ten fe, reviva su entusiasmo en el poder de Cristo.
La Biblia enseña: “Puedo enfrentar todas las situaciones por el poder que Cristo me da”.
"Gracias a Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13
¡Que buena noticia fuimos dotados de poder para vencer el desánimo! Por la obra de Jesucristo hemos sido declarados más que vencedores.
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