lunes, 27 de mayo de 2013
"El cual (el carcelero), recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían." [Hechos 16:24-25]
27 MAYO 2013. EL MEJOR LUGAR:
El mejor lugar, ¿será un pequeño apartamento en una región campestre?
Tal vez, si los que viven en él son honestos y hacen el bien a quienes los rodean. ¿O un chalé al borde del mar? Puede ser, si sus habitantes son hospitalarios y generosos.
¿El aula de un colegio, una oficina, o un quirófano? ¿Y por qué no un tribunal? ¿Se le ocurrió alguna vez que el mejor lugar podría ser la celda de una cárcel?
Un creyente, poco antes de ser encarcelado debido a su fe, pudo decir a su esposa: «En medio de la tiranía, la cárcel es el mejor lugar en donde se podría estar». Su mujer, arrestada más tarde, recordó estas palabras que la animaron.
El mejor lugar es donde Dios quiere que yo esté; ahí en donde esté obedeciendo su voluntad.
Si soy fiel al Señor, esos lugares pueden ser muy diferentes. Por ejemplo, una oficina para encontrar un empleo, porque perdí mi trabajo debido a que rehusé ser deshonesto (Proverbios 16:8); o un hogar para ancianos, adonde el Señor me llamó a hacer una visita poco gratificante; o simplemente mi habitación cuando oro a Dios y leo su Palabra…
Y por supuesto, el mejor lugar también puede ser la celda de una cárcel para aquellos que están encarcelados a causa de su fe, o que una vez en la cárcel encontraron por la fe al Señor Jesús.
Ante Dios son libres, están libres de sus pecados y son más libres que quienes tienen la reputación de ser personas honestas pero no conocen a Dios.
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