viernes, 31 de mayo de 2013

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios." [1 Juan 3:1]

"El Padre mismo os ama." [Juan 16:27]

31 de Mayo 2013. COMO UN PADRE:

A todos los que recibieron el perdón de Dios en Jesucristo, “les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). 

Guardan preciosamente en su corazón este mensaje de Jesús a sus discípulos: “El Padre mismo os ama” (Juan 16:27).

En la parábola de Lucas 15, el amor del padre acoge al hijo que regresa a Él reconociendo sus faltas: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo” (Lucas 15:21). 

Dios recibe del mismo modo a todo aquel que, al sentir su miseria moral, viene a Él para obtener el perdón y la vida eterna. Puede decir de él: “Este… era muerto, y ha revivido” (Lucas 15:32).

En el primer capítulo de Deuteronomio, Dios declara a su pueblo Israel por medio de Moisés: “El Señor tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo” (Deuteronomio 1:31). 

Esta comparación evoca la fuerza y la ternura de Dios que experimentan los que confían en Él.

El creyente sabe que puede contar con la comprensión y el apoyo de su Padre Dios cuando pasa por situaciones difíciles: “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le temen” (Salmo 103:13).

Dios forma a los suyos mediante una disciplina paterna, la cual les es útil si la aceptan y no se desaniman. “Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?” (Hebreos 12:7).

Él es “el Padre de misericordias y Dios de toda consolación” (2 Corintios 1:3).


lunes, 27 de mayo de 2013


"El cual (el carcelero), recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían." [Hechos 16:24-25]

27 MAYO 2013. EL MEJOR LUGAR:

El mejor lugar, ¿será un pequeño apartamento en una región campestre? 

Tal vez, si los que viven en él son honestos y hacen el bien a quienes los rodean. ¿O un chalé al borde del mar? Puede ser, si sus habitantes son hospitalarios y generosos.

¿El aula de un colegio, una oficina, o un quirófano? ¿Y por qué no un tribunal? ¿Se le ocurrió alguna vez que el mejor lugar podría ser la celda de una cárcel?

Un creyente, poco antes de ser encarcelado debido a su fe, pudo decir a su esposa: «En medio de la tiranía, la cárcel es el mejor lugar en donde se podría estar». Su mujer, arrestada más tarde, recordó estas palabras que la animaron.

El mejor lugar es donde Dios quiere que yo esté; ahí en donde esté obedeciendo su voluntad. 

Si soy fiel al Señor, esos lugares pueden ser muy diferentes. Por ejemplo, una oficina para encontrar un empleo, porque perdí mi trabajo debido a que rehusé ser deshonesto (Proverbios 16:8); o un hogar para ancianos, adonde el Señor me llamó a hacer una visita poco gratificante; o simplemente mi habitación cuando oro a Dios y leo su Palabra…

Y por supuesto, el mejor lugar también puede ser la celda de una cárcel para aquellos que están encarcelados a causa de su fe, o que una vez en la cárcel encontraron por la fe al Señor Jesús. 

Ante Dios son libres, están libres de sus pecados y son más libres que quienes tienen la reputación de ser personas honestas pero no conocen a Dios.



sábado, 25 de mayo de 2013

"Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos." [Romanos 5:6]

"Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo." [1 Juan 5:11]

25  MAYO DEL 2013. BUSCABA LA MUERTE Y RECIBÍ LA VIDA:

«Huérfano de padre y abandonado por mi madre a la edad de dos años, me llevaron a un orfanato. 

La educación severa que recibí, sin ningún amor, no hizo más que amargarme y hacerme rebelde. 

A los dieciocho años, mayor de edad y libre, al fin pude vivir como quería y disfrutar al máximo de todos los placeres. 
El alcohol, la droga y el desenfreno me llevaron a lo más bajo de la sociedad. 

Acabé en la cárcel y luego en la calle, en donde durante veinte años viví en la miseria y sin esperanza alguna.

Fue entonces cuando un día un creyente me ofreció un Nuevo Testamento, cuya lectura no me aportó ninguna serenidad. 
Sin embargo, los textos que hablaban de un Dios de amor quedaron grabados en mi memoria. 

Traté, sin resultado, de buscar a ese Dios en las iglesias y las peregrinaciones. Desanimado, me hundí aún más en la droga y el alcohol. 
Lo único que deseaba era la muerte, por eso traté de suicidarme.

Pero un día que nunca olvidaré, todo cambió. 

Mientras mendigaba en la calle, dos jóvenes se acercaron a mí y me hablaron de Jesús el Salvador, única persona capaz de sacarme de la miseria. 
Ése fue el punto de partida de mi nueva vida. 
Todo mi pasado estaba ahí, ante mí, negro como el carbón. 

Pero Dios, mediante su Palabra, me daba a conocer su perdón y su amor perfecto en Jesucristo. 

Desde ese día sé que me ama y no ha dejado de demostrármelo».

Frédéric.

“¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 7:24-25).





lunes, 20 de mayo de 2013


"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." [Romanos 8:1]

"¿Qué Dios como Tú, que perdona la maldad…? …Echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados." [Miqueas 7:18-19]

21 DE MAYO 2013. LA CULPABILIDAD:

Algunos psicólogos afirman que el sentimiento de culpabilidad puede afectar la plenitud de la personalidad humana. 

Según ellos, es necesario superar ese sentimiento para construir un equilibrio psicológico armonioso.

Como cristianos, sólo podemos estar de acuerdo con la idea de que no hay que quedarse con ese sentimiento de culpabilidad, pero la pregunta es cómo conseguirlo. 

A menudo se nos invita a buscar en nuestro pasado, para analizar el proceso que nos llevó a cometer una mala acción. 
Pero en medio de esta búsqueda corremos el riesgo de olvidar las nociones del bien y del mal. 

Tratando de tranquilizar nuestra conciencia, olvidamos que cada uno es responsable de sus actos, primeramente delante de Dios, y luego ante nuestros semejantes.

Dios desea quitar la culpabilidad que carga a todo hombre, y sólo Él puede hacerlo. 

Sin embargo, Dios no trata a la ligera el mal, ni excusa ningún pecado. 
Ante sus ojos santos, todo pecado merece un juicio; pero el inmenso amor de Dios intervino hacia los hombres, y Jesucristo aceptó sufrir ese juicio en lugar de todos los que reconocen su estado pecaminoso y depositan su confianza en Él. 
Y como su Hijo pagó el precio, ahora Dios puede perdonar, olvidar todos los pecados de los creyentes y borrar de ellos toda culpabilidad.

Ahora Jesús invita a cada uno a aceptar su gracia y alegrarse en su promesa: 

“Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones” (Hebreos 10:17).

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada” (Salmo 32:1).



lunes, 13 de mayo de 2013

"Tomando José el cuerpo (de Jesús), lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña." [Mateo 27:59-60]

"Entonces ellos (los jefes religiosos) fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia." [Mateo 27:66]

13 MAYO 2013  LA RESURRECCIÓN (3). LA SEPULTURA DE JESUCRISTO:

(Mateo 27; Marcos 15; Lucas 23; Juan 19)

Jesús murió el viernes después de las tres de la tarde (novena hora judía).
Los judíos exigían que los cuerpos de los crucificados fuesen sepultados antes de que comenzase el día de reposo, es decir, antes de las seis de la tarde.

Quienes rindieron los últimos honores al cuerpo de su Maestro fueron José de Arimatea, un hombre rico, y Nicodemo.
Ambos eran discípulos de Jesús en secreto.

José se encargó de pedir el cuerpo de Jesús a Pilato, el gobernador romano.
A Pilato le extrañó que Jesús ya hubiese muerto, pero permitió que se llevase el cuerpo.

José, con la ayuda de Nicodemo, lo depositó en una tumba nueva labrada en la piedra, de la cual era propietario.
Estaba situada cerca del lugar de la crucifixión.

Envolvieron el cuerpo “en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos” (Juan 19:40).
A continuación rodaron una gran piedra contra la puerta de la tumba y se fueron.

Las mujeres que habían asistido a la crucifixión, después de ver cómo depositaban el cuerpo en la tumba, dejaron el lugar.

Los jefes religiosos, temiendo que los discípulos de Jesús robasen su cuerpo, pidieron permiso a Pilato para sellar la puerta de entrada de la tumba.

También pusieron guardias, de modo que la tumba de Jesús estuvo bajo máxima vigilancia.


sábado, 11 de mayo de 2013

"Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas." [1 Pedro 2:21]

"Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas." [Santiago 2:1]

11 DE MAYO 2013. JESUCRISTO Y LOS DEMÁS:


En la casa de Cornelio, el apóstol Pedro pronunció un discurso acerca de Jesús.

“En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia…
Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:34-35, 37-38).

Pensemos en la actitud de Jesús hacia los hombres y las mujeres de su época. No despreció ni rechazó a nadie.
Todo lo contrario, fue a contracorriente de las costumbres, dando importancia a los que la sociedad menospreciaba y acogiendo a los que rechazaba.

Recibía con los brazos abiertos a los niños (Marcos 10:16).

Permitió que los leprosos se acercasen a él (Mateo 8:2-4);
a una mujer culpable le permitió ungirle con perfume y besarle sus pies (Lucas 7:36-50).

Mostró gran solicitud hacia los pobres y hambrientos, quienes estaban más abiertos al mensaje del Evangelio que muchos otros.

En su ministerio tan variado, Jesús siempre manifestó una gran compasión por los seres humanos, pues los amaba.

Fue el Buen Pastor que vino a las zonas inhóspitas, desafiando peligros, para buscar y salvar la oveja perdida (Lucas 15:3-7).

Fue aún más lejos, pues dio su vida en la cruz por cada uno de los que creen en él (Juan 10:11).



domingo, 5 de mayo de 2013


"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." [2 Corintios 5:17]

05 MAYO 2013. EL SETO DE HAYAS:

¿Ha observado alguna vez un seto de hayas en invierno? 

Muchas hojas del verano precedente se hallan aún en las ramas.
Es verdad, están secas, pero todavía siguen ahí.

A nadie se le ocurriría arrancarlas; sin embargo, a partir del momento en que los nuevos retoños brotan y el árbol renueva su follaje, las hojas viejas caen por sí solas.

En nuestra vida también hay todo tipo de «hojas viejas».
¡Cuán felices seríamos si pudiésemos deshacernos de costumbres que no son buenas, de ciertas ligaduras que están ahí como consecuencia de nuestra vida pasada!

¿Quién no ha luchado para reprimirlas, sin encontrar una solución duradera?

En cuanto a la haya, las hojas viejas sólo se van gracias a la acción de la nueva vida en las ramas.

Asimismo en el hombre, sólo la nueva vida, recibida mediante la fe en el Señor Jesús, puede alejar esas malas costumbres.

El desarrollo de la nueva vida en nuestro ser interior las marchita, al igual que esas hojas caducas.

De ahí la importancia de velar para que la vida divina que cada creyente ha recibido prospere.

¿Mis centros de interés son los mismos de Jesús?
¿La Palabra de Dios, la Biblia, es el alimento de mi alma?

Si así es, el creyente puede ser comparado a una rama llena de follaje verde que lleva mucho fruto.
Las cosas viejas, inútiles o despreciables pasan, para dar lugar a las cosas “nuevas”.

“Bienaventurado el varón que… en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:1-3).






miércoles, 1 de mayo de 2013


"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones." [Salmo 46:1]

"Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece." [Salmo 57:2]


1 DE MAYO  2013. ¡SEÑOR RESPÓNDEME! (SALMO 86):


“Inclina, oh Señor, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso. Guarda mi alma, porque soy piadoso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.


Ten misericordia de mí, oh Señor; porque a ti clamo todo el día. Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.

Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

Escucha, oh Señor, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos.

En el día de mi angustia te llamaré, porque tú me respondes.

Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni obras que igualen tus obras.


Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre.

Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; sólo tú eres Dios.

Enséñame, oh Señor, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.


Te alabaré, oh Señor Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre.

Porque tu misericordia es grande para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol.

Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de violentos ha buscado mi vida, y no te pusieron delante de sí.


Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, mírame, y ten misericordia de mí; da tu poder a tu siervo, y guarda al hijo de tu sierva.

Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; porque tú, Señor, me ayudaste y me consolaste.”